El 28 de abril del año 2000, el buzo ruso Yuri Lipski se metió en las aguas profundas del área conocida como el agujero azul de Dahab, al norte de Egipto, y nunca más salió de allí. Cuando los padres del joven solicitaron desesperados a un buzo experto que recuperara el cuerpo de su hijo, hallaron la cámara de su casco, que estaba aún intacta y que había filmado los últimos momentos de la vida de Lipski. Este trágico momento ahora se encuentra en Youtube, el cual comenzó a hacerse muy viral los últimos días, superando los 8 millones de visitas. Lipski falleció a 91 metros de la superficie. Se piensa que, al someterse a tanta profundidad, su cuerpo fue víctima de narcosis de nitrógeno, un desorden momentáneo que genera problemas mentales como euforia, alucinaciones, confusión y la pérdida del juicio. De esta manera podría justificarse porqué Lipski siguió descendiendo más allá de estar pidiendo auxilio, mientras verificaba la profundidad a la que iba llegando. No obstante esta teoría no convence a muchos y dan pie a otra siniestra hipótesis : que Lipski fuera llevado a las profundidades por un ser desconocido y posteriormente devorado...
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