El explorador y aficionado a los deportes extremos ruso, Andréi Soloviov, lleva más de 100 días junto al lago Labynkyr al este de la región rusa de Yakutia, en el Lejano Oriente, a la espera de poder observar a un gigantesco y mítico animal conocido como "Demonio de Labynkyr" o "Monstruo de Labynkyr", según reporta la agencia News.Ykt.Ru.
Este criptozoólogo amateur, oriundo de la ciudad de Vorónezh, se interesó por este lago tras escuchar rumores que señalaban que bajo sus aguas existe un enorme animal desconocido por la ciencia. Soloviov, que se gana la vida como instructor de supervivencia y turismo, también se puso como objetivo comprobar sus conocimientos y capacidades de supervivencia en el contexto climático extremo típico de Yakutia, una de las regiones más extensas de Rusia pero menos pobladas. Empezó su viaje este verano realizando una caminata de 325 kilómetros desde el poblado de Tormor, en la comarca de Oimiakón, hasta el citado lago sin ropa de abrigo, sistema de comunicación, armas ni provisiones para sobrevivir el invierno, pese a que los habitantes locales trataron de convencerlo de lo contrario. El amante de los deportes extremos se instaló en una caseta abandonada a la orilla del lago y según reporta Lenta.ru, se alimenta de bayas y peces, además de beber infusiones de diversas hierbas.
Según el explorador, lo más difícil es la soledad, puesto que la población más cercana se encuentra a unos 150 kilómetros de distancia. Soloviov todavía no ha tenido la suerte (o desgracia) de tropezarse con el momstruo de Labynkyr y tiene previsto estar a la espera hasta la primavera de 2017. La criptozoología es calificada de seudocientífica por la comunidad científica, ya que se dedica a la búsqueda de animales cuya existencia no ha sido probada, basándose esencialmente en pruebas anecdóticas, relatos o supuestos avistamientos de ejemplares de especies extintas, como dinosaurios, o seres mitológicos como el Yeti, el chupacabras o el monstruo del lago Ness.
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