La naturaleza siempre está lista para sorprendernos y el gecko satánico (Uroplatus Phantasticus) con cola de hoja es uno de los animales que más nos llama la atención. No por su tamaño o por su fuerza, sino porque su camuflaje pasa totalmente desapercibido. Su corta vida se desarrolla entre las hojas, como si fuera una de éstas, y pese a la demonización de su nombre, no es tan siniestro como parece. Se cree que en la naturaleza se alimenta únicamente de insectos, mientras que los que están en cautiverio tienen una dieta mucho más variada y básicamente, ingieren todo lo que se les ofrece: cucarachas, hormigas y caracoles. Lo cierto es que muy poco se sabe sobre su verdadera alimentación. Algunas especies similares incluso comen pequeños ratones, pero no está probado que sea el caso de este pequeño gecko. Son atacados por ratas, serpientes y aves, por lo que a veces se defienden abriendo la boca, emitiendo un chillido e intentando morder a los depredadores. Sus colas cambian de color y si el animal no se va, entonces saltan de rama en rama hasta encontrar un sitio seguro. Antes de llegar al extremo de enfrentarse a otro animal, prefieren no ser vistos. Para lograrlo, tienen un sorprendente sistema de camuflaje que les permite mimetizar su cuerpo con las hojas muertas del entorno selvático. En la espalda tienen una línea que parece una nervadura de hoja y los colores pueden variar según su entorno. Van de marrón a gris e incluso, a veces, verdes como el musgo. A todo esto se suma el hecho de que pasan la mayor parte del día colgados de troncos y ramas, como si fueran hojas. Es imposible que cualquier animal se de cuenta que no lo son realmente y para un animal como éste, sería muy difícil sobrevivir sin dichas capacidades.
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