Un grupo de estudiantes y docentes de la Universidad de Lincoln, Gran Bretaña, están investigando en el “Museo de Arte Buxton” en Derbyshire, la autenticidad de una pieza que podría ser una sirena momificada.
Presumen que la supuesta sirena provino desde el lejano Oriente a mediados del siglo XIX.
La estudiante, Anita Hollinshead, que se especializa en conservación y restauración, fue quien la descubrió casualmente y aclaró que ‘su cabello es humano’.
Y explicó que “Gran cantidad de este tipo de sirenas procedía de Japón y fueron elaboradas por pescadores, quienes complementaban sus ingresos con la venta de sirenas falsas”.
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