lunes, 7 de noviembre de 2011

LA EUPODOPHIS DESCOUENSI

Las serpientes no siempre se arrastraron sobre su abdomen como en un castigo bíblico. Hubo un tiempo en que podían separarse del suelo sobre sus patas. Cómo las perdieron para convertirse en un animal reptante, uno de los más fascinantes de la Tierra, aún no está muy claro. Sin embargo, un extraño ejemplar puede ayudar a entenderlo. Se trata del fósil singular de una Eupodophis descouensi, una serpiente de 95 millones de años de antigüedad que conserva una pata escondida junto a su pelvis. Los restos del animal han sido analizados por los potentes rayos X del Sincrotrón de Grenoble (Francia), una potente máquina ,algo así como un microscopio gigante, que permite ver los detalles más mínimos de los fósiles, detalles que serían invisibles a cualquier otra técnica sin dañar el espécimen. Con estos resultados, los científicos podrán conocer cómo se produjo esta evolución, todavía un misterio. Sólo existen tres ejemplares de serpientes fósiles que conserven huesos de sus patas. La Eupodophis descouensi, la que ha sido estudiada por los científicos en este experimento, fue descubierta hace diez años en unas rocas en el Líbano. El animal tiene cerca de 50 centímetros de largo y su pata, pequeña y unida a la pelvis, mide solo dos centímetros. El fósil puede ser clave para entender qué les ocurrió a las serpientes, ya que representa una etapa intermedia en la evolución de las antiguas serpientes que todavía no habían perdido por completo las patas que heredaron de los lagartos a los que sucedieron. Además, los investigadores esperan que las imágenes ayuden a resolver un acalorado debate sobre el origen de las serpientes: si evolucionaron de una lagarto terrestre o de uno que vivió en los océanos. La estructura de la pata ha sido revelado por el sincrotrón con una técnica de imagen muy parecida a la tomografía computerizada que se utiliza en muchos hospitales, pero capaz de resolver detalles de unos pocos micrómetros de tamaño, unas mil veces más pequeño que lo que obtiene un escáner en un hospital. Las imágenes de alta resolución en 3D muestran al detalle la pequeña extremidad enterrada, y se parece mucho a las de los modernos lagartos terrestres. Según los investigadores, es posible que las patas crecieran más despacio o bien dejasen de crecer mientras el resto del reptil continuaba su desarrollo. Los resultados también muestran que la pata escondida está doblada por la rodilla y tiene cuatro huesos en el tobillo, pero no se han encontrado en el pie. Conocer estructura interna "nos permite investigar el proceso de regresión en las extremidades en la evolución de la serpiente", explica Alexandra Houssaye, del Museo Nacional de Historia Natural en París.


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