sábado, 14 de marzo de 2015

EL "AEGIROCASSIS BENMOULAE"

Los restos de un monstruo marino parecido a un crustáceo de dos metros de largo que vivía en las profundidades del mar hace 480 millones de años alimentándose como hoy lo hacen las ballenas fueron descubiertos por paleontólogos de Yale y Oxford. Esta criatura fue al parecer “una de las más grandes que vivieron en aquella época”, según la británica Allison Daley, uno de los autores del estudio de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña) y Yale (Estados Unidos), publicado el miércoles 11 de marzo 2015 por la revista Nature. El monstruo marino tenía en la cabeza una corona de apéndices que filtraba los alimentos y es el representante más antiguo conocido de los gigantes acuáticos que se alimentan filtrando el agua de mar. La nueva especie fue nombrada Aegirocassis benmoulae en referencia al nombre del cazador de fósiles marroquí Mohamed Ben Moula, que descubrió los restos en Marruecos, al nombre del gigante Aegir de la mitología nórdica que personifica el poder del océano, y a la palabra latina “cassis”, que significa casco. Aegirocassis benmoulae forma parte de la familia desaparecida de los anomalocarídidos, animales marinos que aparecieron hace 520 millones de años. Sin embargo, hasta el presente la mayoría de los anomalocarídidos descubiertos eran depredadores que se encontraban en el vértice de la cadena alimentaria, cerca de nuestros actuales tiburones. Esta nueva especie de anomalocarídido se asemeja más a nuestras ballenas que también filtran el agua de mar a través de las barbas o láminas córneas que poseen en su maxilar para retener el plancton, pero que pertenecen a la clase de los mamíferos. “Filtrar el agua es probablemente uno de las formas animales más antiguas de conseguir alimento, pero los filtradores anteriores eran más chicos y usualmente estaban atados al fondo marino”, explicó Daley.Según la investigadora, se trata “del ejemplo de gigantismo de un filtrador con movimiento autónomo más antiguo que se conoce”.El período Paleozoico se extiende entre hace 570 y 250 millones de años y abarca desde la aparición de los primeros invertebrados con exoesqueleto a la dominación de los reptiles. Peter Van Roy, uno de los autores del estudio de la Universidad de Yale, utilizó un nuevo método de análisis de los fósiles que permitió tener una visión en 3D del animal con el aspecto exterior que tenía cuando reinaba en los océanos, a partir de restos fósiles hallados en Marruecos y que provienen de las colecciones del Museo Peabody de Yale, del Museo Real de Ontario y del Smithsonian de Washington. El estudio de fósiles comprimidos por la estructura geológica que los conservó chatos como flores secas en un libro habitualmente no brinda tantos detalles. El estudio permitió además demostrar que el tenía unas especies de aletas dispuestas en pares a ambos lados del cuerpo. Las aletas serían los ancestros de la doble fila de patas característica de los artrópodos, invertebrados con exoesqueleto como los crustáceos, las arañas y los insectos. Por eso, los artrópodos son actualmente los parientes más cercanos del hoy desaparecido Aegirocassis.



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