jueves, 29 de diciembre de 2011

EN BUSCA DE EL MOKELE-MBEMBE

La búsqueda del monstruo del lago Ness es famosa mundialmente. Mucho menos conocida es la de una criatura similar, Mokele-mbembe, que supuestamente vive en el lejano norte de la República Popular del Congo. "Revisé los mapas y decía información insuficiente para delinear el terreno. Eso me atrapó", dijo Roy Mackal, un biólogo retirado de la Universidad de Chicago. Mackal encabezó en los años 80 dos equipos de expedición a la vasta, pantanosa y selvática región de Likouala en el Congo habitada por pigmeos. Iban en busca de esta misteriosa criatura, la versión africana del monstruo del lago Ness en Escocia. Se cree que Mokele-mbembe es una criatura de gran tamaño parecida a un reptil, con un largo cuello y una larga cola. A pesar de ser herbívoro, se dice que ruge agresivamente cuando alguien se le acerca. Algunos aseguran que tiene un solo cuerno que utiliza para matar elefantes. Exploradores occidentales han estado aferrados a la tentadora posibilidad de descubrir una criatura hasta ahora desconocida para la ciencia. Hasta la fecha, ha habido más de 50 expediciones a la región pero no hay evidencia científica, a menos que se incluya una gran huella con forma de garra registrada por un misionero francés en 1776. Las únicas imágenes fotográficas han sido tan borrosas que no prueban nada. Pero lo que no falta son testimonios presenciales. "Estaba en el barco cuando vi a Mokele-mbembe. Empezó a perseguirnos. Mokele-mbembe emergió del agua", le explicó un hombre a la BBC. "Nos fuimos, si no nos habría matado", dijo. Paul Ohlin, un trabajador de desarrollo comunitario que pasó más de diez años viviendo con los Bayaka en Congo y en la República Centroafricana, asegura que la gente que vive en la zona no tiene dudas sobre la existencia de la criatura. "Cuando la gente se sienta a conversar alrededor del fuego, hablan de Mokele-mbembe. Es algo que forma parte de la realidad cotidiana", explica. Al mismo tiempo enfatizan su "conexión y relación espiritual" con él. "La manera en la que ven el mundo es un poco diferente a como lo vemos tu y yo", dice Ohlin. Pero, en su opinión, sus testimonios presenciales aún necesitan ser tomados seriamente. "Por cierto, hay algo de mitología", dice Adam Davies, un británico que dedica su tiempo libre y su dinero a viajar por el mundo en busca de especies indocumentadas, y que ha ido a África en dos oportunidades siguiendo el rastro del Mokele-mbembe. "Pero cuando uno le pregunta a la gente '¿es una criatura real?', les choca y salen con descripciones físicas. Nunca hay que descartar los relatos tribales sobre la base de que puedan estar hablando sin sentido sólo por ser una tribu. Eso no está bien y es simplemente irrespetuoso", opina. El ámbito de la criptozoología –la búsqueda de especies de las que no hay evidencia- se extiende más allá del reino de la ciencia. Pero aquellos que creen que Mokele-mbemba existe señalan que algunos animales en algún momento descartados por la ciencia acabaron por ser reales. El que se cita más a menudo es el okapi. Se trata de un mamífero con garras, con rayas parecidas a la de la cebra en sus patas. Vive en la República Democrática del Congo, al este del Congo. En el siglo XIX, se hablaba entre los occidentales que vivían en África sobre la existencia de un "unicornio africano". El explorador Henry Morton Stanley -que había seguido el rastro del misionero David Livingston- aseguró haber visto a un misterioso animal parecido a un burro en una expedición a través del Congo al final de la década de 1880. Fue recién en 1901 que el okapi fue documentado apropiadamente e identificado como pariente de la jirafa. "Yo ubicaría al Mokele-mbembe en la misma categoría que el monstruo del lago Ness", explica Bill Laurence, profesor de la Universidad James Cook en Australia, quien es biólogo y experto en selvas tropicales. "Mi sensación es que la posibilidad de que la criatura realmente exista hoy es pequeña. Sin embargo, una cosa que se aprende rápido en la ciencia es a nunca decir nunca. Estamos descubriendo especies todo el tiempo". La región de Likouala en el noreste del Congo es el tipo de lugar que es fácil de imaginar lleno de misterios escondidos. Según el gobierno congolés, el 80% de sus 66.000 kilómetros cuadrados están inexplorados. La mayor parte de su densa y a menudo inundada superficie forma parte de la segunda selva más grande del mundo. "La idea de una criatura que es muy rara y que vive en un área muy remota no es inverosímil", sostiene Adam Davies. Hay quienes se preguntan sobre las motivaciones de los congoleses que promocionan la existencia de la criatura. El escritor estadounidense Rory Nugent quien fue al Congo en busca de Mokele-mbembe y escribió un libro sobre su experiencia "Tambores a lo largo del Congo", aseguró que vio "una elegante curva moviéndose a través del agua". Él cree que pudo tratarse de la cabeza de la afamada criatura, pero es a la vez profundamente escéptico. "Los guías gritaban que era una bestia. Si era parte del show, si había alguien nadando debajo del agua con aletas empujando un pedazo de cartón a través del lago, no sabría decirlo. Pero, llevar a los extranjeros de expedición para tratar de encontrar a Mokele-mbembe es una operación muy rentable", agrega. Nugent teme que un día se construya una especie de "Disneyland Congo", similar al lago Ness, con científicos y turistas de todo el mundo yendo y viniendo. Aquellos que creen que el Mokele-mbembe existe argumentan que con mayor dedicación de tiempo y recursos se lograría ubicarlo. Pero ¿puede que el descubrimiento de la criatura sea un anticlimax? Quizás el misterio es lo que más disfrutamos. "Creo que hay una necesidad básica o impulso de considerar posibilidades fuera de nuestro alcance", dice la profesora de psicología Jacqueline Wooley, de la Universidad de Texas. "Está el entusiasmo en creer que lo que parece imposible o improbable puede potencialmente existir", añade. La experta considera que, para tener arraigo, la creencia en criaturas como el Mokele-mbembe "no puede ser muy disparatada, debe ser algo similar a entidades reales", pero ser diferente en una o dos cosas. "Me doy cuenta de mi inclinación", admite Mackal, que ahora tiene más de 80 años. "Me interesa descubrir especies desconocidas de animales. Pero creo que Mokele-mbembe existe, y que no hay sólo uno, se está reproduciendo", afirma. "A los 86 años, me encantaría vivir para ver el descubrimiento de estos animales".

A continuación os dejo algunas representaciones artísticas de distintas épocas basadas en los testimonios de las tribus y sus encuentros con esta fascinante criatura.













Y a continuación un recopilatorio , también de distintas épocas, de las posibles evidencias de la existencia real de esta criatura prehistórica en nuestros días.






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