Durante décadas, los investigadores habían creído que el Unicornio siberiano, una especie de mamífero más parecido a un rinoceronte que a un caballo, se extinguió definitivamente hace unos 350.000 años. Es decir, muchísimo antes de que nuestros antepasados directos llegaran al continente europeo. Sin embargo, un cráneo exquisitamente conservado y aparecido recientemente en Kazajistán ha cambiado radicalmente las cosas. De hecho, y según acaba de publicarse en la revista American Journal of Applied Science, esta increíble criatura pudo sobrevivir, por lo menos, hasta hace 29.000 años. Y convivir, por lo tanto, con nuestra propia especie, Homo sapiens, que llegó a Europa hace cerca de 40.000 años.
En otras palabras, realmente hubo un "unicornio" paseándose por el viejo continente, y casi con toda seguridad fue visto en más de una ocasión por nuestros lejanos antepasados. Aunque, todo hay que decirlo, poco o nada tenía que ver con los unicornios que aparecen en las leyendas mitológicas. Su nombre científico es Elasmotherium sibiricum, era enorme y peludo, poseía un gran cuerno recto y puntiagudo y sus formas recuerdan a las de los rinocerontes modernos.
Según las primeras descripciones científicas, el Unicornio siberiano medía dos metros de altura, hasta 4,5 metros de largo y su peso rondaba las cuatro toneladas. Unas dimensiones que se acercan más a las del mamut que a las del caballo. A pesar de su impresionante aspecto, el Unicornio siberiano sólo se alimentaba de hierba. Es decir, que si queremos hacernos una idea real sobre el aspecto de esta criatura, deberemos pensar en una especie de rinoceronte, cubierto de pelo, pero con el rostro más parecido al de un caballo y un único y larguísimo cuerno sobresaliendo de su frente, en lugar de los dos cuernos cortos y rechonchos de los rinocerontes actuales. El nuevo cráneo, extraordinariamente bien conservado, fue hallado en la región de Pavlodar, en Kazajistán. Y sus descubridores, un equipo de paleontólogos de la Universidad Estatal de Tomsk, en Rusia, lo han datado por medio de técnicas de radiocarbono, atribuyéndole una edad de cerca de 29.000 años. Basándose en las características del fósil, los científicos creen que se trata de un macho, aunque por ahora se desconoce cuál fue la causa de su muerte.
Pero la principal pregunta que se formulan los investigadores es cómo pudo esta especie de unicornio perdurar hasta varios cientos de miles de años después de que todos sus demás parientes se extinguieran. "Lo más probable -afirma Andrei Shpanski, uno de los miembros del equipo- es que el sur oeste de Siberia fuera un refugio en el que esta especie logró sobrevivir mucho más tiempo que el resto de sus congéneres. Otra posibilidad es que el Unicornio siberiano fuera capaz de migrar y de pasar largas temporadas en regiones mucho más al sur".
Los investigadores esperan que su hallazgo pueda ayudar a comprender mejor cómo influyen los factores ambientales en la extinción de las especies, y cómo las migraciones a través de largas distancias pueden haber ayudado a algunas criaturas, como el Unicornio siberiano, a durar mucho más tiempo de lo que se pensaba.
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