El submarinista Michael Baron, se sorprendió mucho a principios de abril 2015, mientras grababa su recorrido bajo las aguas de Tasmania, en Australia, pues repentinamente vio lo que parecía ser una inmensa serpiente luminosa de aproximadamente 30 metros de largo. Los expertos explicaron que no se trataba de un ser, sino de millones de ellos, era una colonia de pirosomas: pequeños organismos marinos que suelen vivir juntos en grandes comunidades pegados por medio de una sustancia gelatinosa. Estas especies no se dejan ver fácilmente, y menos aún grabar, pues suelen vivir en el mar abierto lejos de las playas. Las colonias, pueden parecer serpientes, incluso se agitan con movimientos ondulantes y además generalmente son fluorescentes y en aguas transparentes pueden verse hasta a 100 metros de distancia. Su nombre se debe a su capacidad de brillar por sí mismos, pues piro significa fuego.
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