Fue el pasado sábado 17 de diciembre 2011 cuando Nils Samuelsen , extrajo la captura del día en el fiordo Lyngen, cuando este pescador con red descubrió varios peces deformados. El 20% del bacalao que pescó tenía deformaciones. "Estas deformaciones varían. Además el pescado huele muy mal" explica Samuelsen sobre el bacalao monstruo. Este pescador de 62 años de edad es líder de la Asociación de pescadores del fiordo Kå y está seguro que el bacalao monstruo se ha convertido en un grave problema para la fama del pescado capturado en el fiordo Lyngen. El ha sido pescador en los fiordos más de 40 años, y cuando el sábado extrajo 15 peces del fiordo Kå, obtuvo lo que se ha convertido en algo habitual en los fiordos alrededor del fiordo Lyngen en Troms. "Antiguamente pescaba a lo peor un pez en toda la temporada que se salía de lo común, pero ahora esto se ha convertido en pesca diaria en todos estos fiordos" se queja el pescador. El jefe de prensa de la Dirección general de Pesca Olav Lekve ya manifestó en su día para la agencia de noticias NTB que ellos sospechan de este bacalao como fugado de las piscifactorías. Los alevines de bacalao nacidos en cautividad, son mantenidos en grandes tanques donde son alimentados con plancton animal, que también es criado en cautividad. "Las deformaciones se producen porque no se consigue aportar al pez las condiciones de vida naturales y su dieta natural durante el tiempo que va de la eclosión al desarrollo como alevín. La cría en jaulas aisladas dentro de fiordos con buena circulación de agua marina pero dentro del mar y con plancton natural como alimento no provoca esta deformidades" dice el investigador especial Terje van der Meeren del Instituto de Investigación Marina. Esto muestra que los estudios realizados por la citada institución muestran que la cría intensiva de la acuicultura puede encontrarse detrás de los peces deformados. Pero no se sabe con seguridad.
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