«Parece Scrat, la ardilla con dientes de sable de ´Ice Age´», dice el paleontólogo argentino Guillermo Rougier sobre el animal que hoy presenta al mundo en la revista ´Nature´. El bicho, ciertamente, guarda semejanza con el personaje cinematográfico obsesionado por las bellotas. Pero es mucho más que eso: llena un vacío de 60 millones de años en el registro fósil de los mamíferos, en nuestra evolución. Bautizado con el nombre de ´Cronopio´ -en honor a Julio Cortázar- y el apellido ´dentiacutus´ -por lo afilado de sus colmillos-, vivió en lo que hoy es Argentina hace algo más de 100 millones de años, a finales del Cretácico, en plena época de los dinosaurios. Era un drioléstido, un mamífero perteneciente a un grupo extinto que está en el origen de los marsupiales y placentarios actuales. ´Cronopio dentiacutus´ era del tamaño de una musaraña: medía entre 10 y 15 centímetros de longitud. Comía larvas, insectos y otros bichos, y vivía entre la vegetación en las llanuras fluviales. Hasta ahora, todo lo que se sabía de los drioléstidos era gracias a dientes y fragmentos de mandíbulas del Jurásico, hace unos 65 millones de años, de América del Norte y Europa. Rougier, de la Universidad de Louisville, y sus colaboradores Sebastián Apesteguía y Leandro Gaetano, de la Universidad Maimónides de Argentina, descubrieron dos cráneos de estos animales en el norte de Patagonia en 2006. Y supieron inmediatamente que estaban ante algo gordo. «Lo normal es encontrar dientes o fragmentos de hueso de los mamíferos de esa época», explica el director de la investigación. El Cronopio tiene colmillos muy largos, morro estrecho y cráneo corto y redondeado. «Estos fósiles nos dan una imagen completa de como era el cráneo de los drioléstidos. Este animal es, sin duda, uno de los mamíferos, extintos o vivos, más raros que he visto, con su alargado y comprimido hocico y sus caninos de gran tamaño», ha dicho John R. Wible, investigador del Museo Carnegie de Historia Natural. «Estos fósiles son una especie de piedra Rosseta (la estela que sirvió para descifrar los jeroglíficos egipcios) para la comprensión de la genealogía de los primeros mamíferos de América del Sur», ha indicado Rich Cifelli, zoólogo de la Universidad de Oklahoma. Raro es el adjetivo que más se repite respecto al animal; pero eso no debe eclipsar su trascendencia. «´Cronopio´ nos cuenta un episodio más de la historia de nuestro linaje, una estirpe muy resistente», apunta Rougier.
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